Por: Pablo Herreros
Las primeras evidencias arqueológicas de la asociación entre humanos y lobos, que pocos miles de años después dio lugar al perro domesticado que hoy todos conocemos, datan de hace 20.000 años aproximadamente, en actual zona de Irak y Pakistán. Al principio, éstos vivían en las periferias de los asentamientos humanos, alimentándose de los restos y prestando un gran servicio como centinelas, lo que nos permitió dormir y descansar con más tranquilidad.
Las primeras evidencias arqueológicas de la asociación entre humanos y lobos, que pocos miles de años después dio lugar al perro domesticado que hoy todos conocemos, datan de hace 20.000 años aproximadamente, en actual zona de Irak y Pakistán. Al principio, éstos vivían en las periferias de los asentamientos humanos, alimentándose de los restos y prestando un gran servicio como centinelas, lo que nos permitió dormir y descansar con más tranquilidad.
El premio Nobel y etólogo, Konrad Lorenz, en su libro Cuando el hombre encontró al perro, especula sobre cómo pudo ocurrir tal fenómeno. Él cree que quizá en algún punto de la evolución, una niña, llevada por su instinto de protección, adoptó un cachorro y lo introdujo en el grupo de humanos dando origen al perro domesticado.
En estas imágenes aparecen unos primates babuinos raptando cachorros de perro para ser criados por el grupo. Cuando crecen, forman parte activa de él y ayudan en la vigilancia y protección de la manada. La importancia del análisis de estos comportamientos reside en que nos proporcionan hipótesis sobre el origen de la relación entre humanos y perros, ya que es muy probable que contenga elementos similares a la manera en que ocurrió con nuestra especie.
Fuente: Somosprimates.com