Tener un perro implica mucha responsabilidad, no solo de sus cuidados físicos sino también de sus comportamientos. Con frecuencia las personas se preocupan por educar a sus perros de tal forma que la agresividad no haga parte de su comportamiento normal.
Pero hay que tener en cuenta que los caninos son territoriales y agresivos por naturaleza al ser descendientes de los lobos. Aunque estas características estén en sus genes, no quiere decir que no podamos entrenarlo y educarlo para que pueda convivir con otros de su especie y con personas que sean desconocidas.
Como amos es importante evitar que nuestro amigo canino sea un peligro para los demás. Es importante que nuestro perro se acostumbre a la convivencia social, esto se hace mediante caminatas, idas a parques y a lugares donde pueda interactuar con otros animales y personas diferentes a las que conoce. De esta manera el perro aprenderá cómo comportarse ante la presencia de gente y otros perros.
Es importante que desde pequeños tengan claro qué pueden morder y qué no, los perros son depredadores por naturaleza, como ya mencionamos anteriormente, descienden de los lobos, la mordida es fundamental para ellos. Esto se puede lograr por medio de juguetes y evitar que muerda otros objetos y personas, en caso de que intente hacerlo es necesario que lo corrijamos y centremos su atención de nuevo hacia el juguete. De este modo irá aprendiendo que no todo se puede morder.
Los perros, como todas las criaturas, sienten y responden según el trato que reciben. Un perro que constantemente es maltratado se convertirá en un animal agresivo e histérico.
No olvides cuidar, respetar y tratar bien a tu perro, recuerda que él no te eligió como su amo, pero tú puedes decidir la forma en que lo educas y lo tratas.